domingo, 1 de mayo de 2011

Real Betis Balompié (01/05/11)


Es habitual cuando eres pequeño/a, cuando aún no sabes pronunciar un simple mamá, un simple papá, que la gente que te rodea esté decidiendo de qué equipo vas a ser, qué aficiones vas a tener, a qué te vas a dedicar de mayor, etc.
Seguro que alguna que otra vez te has encontrado con una situación similar:
-Y tú, ¿de qué equipo eres?
-¿Yo? ¡Del BETIS!
-Anda anda… Del Betis cómo vas a ser… Tienes que ser del Madrid o del Barcelona que siempre ganan… No vayas a ser de un equipucho de esos…
En ese momento, tú agachabas la cabeza y seguías jugando. Pero ahora, cuando ya vamos teniendo claras nuestras ideas, cuando estamos aprendiendo cuáles son las cosas que de verdad importan podrías responder a ese absurdo comentario que, de pequeño, hicieron al decir que eras del Betis…
Ahora, podría intentar explicarte por qué soy del REAL BETIS BALOMPIÉ, pero simplemente, ser del REAL BETIS BALOMPIÉ no tiene explicación… Sólo algunos podemos tener el privilegio y disfrutar de sus colores…
De pequeña, en mi entorno más cercano raramente se hablaba de fútbol, de goles, ni de equipos buenos ni malos… Sin embargo, algo dentro de mí me hacía decantarme hacia unos colores, un equipo, un sentimiento… Un sentimiento que fue creciendo en mí, poco a poco, sin apenas darme cuenta…
Ahora entiendo que hay cosas en la vida que no puedes evitar; hay sentimientos que afloran sin que tú tengas poder sobre ellos; hay situaciones que son incontrolables…
A veces me han preguntado por qué reacciono de esta forma al hablar del Betis, si éste no me da de comer… ¿Acaso tú puedes evitar emocionarte? Porque yo… No, no puedo. Lo siento…
Comienza el partido y algo dentro de mí se activa, un cúmulo de emociones y sentimientos van recorriendo mi interior haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas al escuchar su nombre; es imposible no gritar, no saltar, no llorar al ver que mi Glorioso ha conseguido el resultado que se merece.
Parece imposible que un nombre tan pequeño pueda ser a la vez tan grande…
En nuestro estadio se encuentran recogidas miles y miles de emociones que salieron a la luz después de cada desilusión, después de cada gol a favor o en contra… En cada rincón hay una muestra de sufrimiento y a la vez de placer… En cada uno de sus rincones se encuentra un pedacito de nuestros corazones para que los jugadores, al saltar al campo, sientan que tienen un jugador número 12 que se encuentra en todas y cada una de las listas de convocados. Ese jugador que no se ve pero se siente y da aliento somos todos nosotros. Todos aquellos que apoyamos, bien desde el propio estadio, bien desde cualquier parte del mundo…
Ese jugador que nunca falla, que acude a cada encuentro con su garganta preparada para cantar los cánticos más bonitos que jamás se han pronunciado en un estadio. Ese jugador que da aliento en los momentos en que fallan las fuerzas. Ese jugador que no puede meter el balón en la portería contraria pero daría lo que fuese por ayudar a que traspasara la línea de gol…
Recuerdo aquél 31 de mayo de 2009, aquél maldito día en que el Real Betis descendía… Cuántas lágrimas de tristeza derramaban mis ojos irritados por la impotencia que sentía al no poder hacer nada para evitar que otro descenso tuviese fecha en nuestra historia…
Pero todo en esta vida llega a su final y todo esfuerzo tiene su recompensa…
Dos años después, nos encontramos luchando por el ascenso que llevamos más de 600 días soñando. Dos años después estamos viendo que, posiblemente, nuestro Glorioso va a conseguir volver a la categoría que jamás debió perder.
Pero no todo ha sido malo durante estos dos años. Este tiempo ha servido para que todos aquellos que no creen en nosotros vean que la afición del Real Betis Balompié es fiel a sus colores y JAMÁS va abandonar a su equipo por más sufrimiento que nos haga pasar…
Así podría pasarme las horas y las horas, describiendo este sentimiento que corre por mis venas, describiendo lo que siento al ver el escudo de las trece barras…
Porque no hay mayor orgullo que llevarte en el corazón, porque no hay mejor sufrimiento que el que está teñido de verdiblanco…
Pero ahora, sólo puedo pedir perdón…
Lo siento mamá, por más que me regañes, no puedo evitar LLORAR, GRITAR, ENFADARME, SALTAR al ver/escuchar un partido del Betis…
Lo siento papá, por darte el coñazo constantemente para que me lleves al estadio del Glorioso a disfrutar de uno de sus recitales de fútbol y sentimiento…
Lo siento vecinos, por retransmitiros el partido de mi Glorioso minuto a minuto a la vez que yo lo veo con mis constantes sobresaltos…
Lo siento por todos aquellos que no pueden sentir lo que los béticos sentimos…
Lo siento por todos aquellos que, simplemente, no sienten nada…
Porque sí, YO SOY DEL REAL BETIS BALOMPIÉ. Y sí, YO SOY DE UN EQUIPO QUE ESTÁ EN SEGUNDA pero, ¿acaso importa?
Y sí, YO levanto mi cabeza y luzco con orgullo su escudo en mi pecho.
Y si, Real Betis, te apoyé en el pasado, te apoyo en el presente y te seguiré apoyando hasta el final de mis días, porque VOLVEREMOS…

2 comentarios:

  1. Vaya forma de expresar ese sentimento tan grande que yo tambien siento.
    Me as dejado... buff... no tengo palabras para describirlo.
    Me encanta!!!

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  2. Muchísimas gracias! Llevaba tiempo queriendo escribir algo del Betis pero no me salía... Y por fin anoche me vino la inspiración! =)

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