Y ahora toca empezar de cero.
Conocer. Ilusionarse. Gustar. Querer. Amar. Enamorarse.
Conoces a alguien; te ilusionas; con el tiempo ves que te gusta; de repente sientes que le quieres, lo es todo para ti. Hasta que te das cuenta de que el verbo QUERER se queda corto para lo que sientes, y decides sustituir TE QUIERO por TE AMO.
El resto de la gente y tú no compartís el mismo mundo, ahora el tuyo tiene nombre y apellidos.
Te encuentras rodeada de gente pero estás sola si no sabes que él está contigo.
Lo necesitas, ya no sabes qué hacer. No soportas la soledad que desprende su sitio vacío, su olor en tu almohada, sus caricias llenas de palabras, sus besos llenos de silencios…
Con él todo es perfecto, sin él todo es un caos…
El mundo se torna gris cuando él no te mira. Sientes que un agujero se va abriendo paso en tu pecho si alzas la vista y no le ves…
Te mira y todo se vuelve de un color intenso. Una palabra suya bastará para hacerte sentir especial…
Te sientes poderosa al darte cuenta de que la persona deseada comparte su tiempo contigo; eres la reina del mundo cuando te abraza, la dueña de la felicidad si te besa…
Todo se traduce en una sola palabra: AMOR.
Y piensas: ‘si el amor es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?’…
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